«Si hablaba la iban a matar a ella y a su familia. Le estaban cobrando un porcentaje por el trabajo, ya habían matado a su amiga en Tacna». Testimonios de víctimas e imputados, ordenadísimos libros contables de la organización y escuchas telefónicas ofrecen una nueva mirada a la brutalidad que desató el Tren de Aragua en Arica, una ciudad que conoció en carne propia el infierno terrenal de Los Gallegos. Una Casa de Torturas y un cementerio con cuerpos que aún no han podido ser hallados confluyen en esta historia que fiscalía y PDI lograron construir gracias a testigos protegidos y agentes encubiertos. Los mismos cuya identidad por poco llegan a manos de los temidos imputados.
Los detalles de esta investigación de Biobiochile.cl los revisamos con el periodista, Nicolás Parra.
