
Comentarios Tomás Mosciatti
Comentario de Tomás Mosciatti: Boric gana, la derecha se debilita y Jackson no sabe sumar
01 February 2025 | 13:39
hrs
Donald Trump solicitó recursos naturales a Ucrania a cambio de apoyo y seguridad, reavivando el interés por las tierras raras. Aclara, en Chile, destaca su proyecto de extracción sostenible sin explosivos ni relaves, con un 95% de reutilización de agua y revegetación. El gerente Nelson Donoso destaca la importancia del proyecto para contrarrestar el monopolio chino. El apoyo del Grupo CAP potencia la iniciativa, generando empleo y progreso en la región del Biobío. Aclara se alinea con el gobierno de Boric y enfoca en innovación y sostenibilidad para desafiar el monopolio chino en tierras raras.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesRecientes anuncios desde Estados Unidos abrieron el debate en torno a las tierras raras. En Chile, actualmente hay un resistido pero estratégico proyecto, ubicado en la región del Biobío, a cargo de la empresa Aclara, que sigue esperando por el visto bueno. En conversación con BioBioChile, el gerente general de la compañía destacó las responsabilidades compartidas, tanto del empresariado como del Estado, e igualmente se refirió a la institucionalidad medioambiental, indicando que con los tiempos de hoy, para aprobar proyectos, no somos competitivos.
Recursos naturales a cambio de apoyo y garantías de seguridad. Eso es lo que solicitó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a Ucrania. La petición, que posteriormente detonó en una polémica, reabrió el debate en torno a las tierras raras, minerales estratégicos que busca Washington, pese a que -según conocedores del tema- el país liderado por Volodímir Zelenski no cuenta ellos.
Entre las pocas zonas que cuentan con estos lantánidos, Chile es una de ellas y actualmente hay un resistido proyecto, ubicado en Penco, región del Biobío, a cargo de la empresa Aclara. En conversación con BioBioChile, el gerente general de la compañía, Nelson Donoso Navarrete, abordó los principales desafíos de la industria para contrarrestar el monopolio de China.
Destacando las responsabilidades compartidas, tanto del empresariado como del Estado, igualmente se refirió a la institucionalidad medioambiental en territorio nacional, indicando que con los tiempos de hoy, para aprobar proyectos, no somos competitivos. Donoso también valora la llegada del Grupo CAP a la iniciativa y asegura que -a su juicio- en lugares donde no llegan las empresas ni el Estado, “es donde aparece lo peor de la sociedad” y “el narcotráfico, el terrorismo, se toma el control de las comunidades”.
—A diferencia de otros proyectos mineros, ustedes anuncian que en este no se usarán explosivos ni generarán relaves. Además, destacan la reutilización del 95% del agua y la revegetación con especies nativas: ¿Cuáles son los beneficios -para la comunidad y el medio ambiente- de este tipo de iniciativas?
La metalurgia se ha diseñado en conjunto con la Universidad de Concepción; esto nace acá, también se trabajó con la Universidad de Toronto. Es un proceso que Aclara tiene patentado a nivel mundial. Es por lejos el proceso de extracción de concentrado de tierras raras más compatible con el medio ambiente del mundo hoy día.
—¿Por qué?
Pasa porque no toma agua de su entorno, no tiene emisiones hacia el medio ambiente y, por otro lado, el agua que utiliza es un concepto de economía circular. Lo que hacemos nosotros es tomar el agua que la ciudad de Concepción desechó, la adecuamos para uso industrial (…) permite recuperar aguas que hoy día están yéndose al río Bío Bío como descarga de la ciudad.
Esta no es minería convencional. Lo que nosotros hacemos, al trabajar sobre arcillas iónicas, es realizar el proceso de metalurgia, o de obtención del mineral, con un fertilizante. Además de eso, los subproductos -lo que no es mineral y que vuelve a la tierra- vuelven como material fértil y que vamos a reforestar con bosque nativo.
Entonces, el proyecto, desde el punto de vista donde tú lo mires, hoy día tiene una circularidad o un aporte al entorno en términos de la biodiversidad sustantivo. Vamos a reforestar, estamos solamente interviniendo bosque exótico, pinos y eucaliptus. Lo que vamos a hacer es que todo lo que estamos interviniendo, reforestarlo con bosque nativo, lo vamos a proteger a perpetuidad (…) o sea hace un aporte real a la biodiversidad del entorno.
—¿Cómo es el impacto del proyecto en la zona? En términos de empleos, directos e indirectos.
Es tremendamente potente, porque en el entorno en que hoy día la región se encuentra, luego del cierre de Fanaloza de Penco y de Huachipato, estamos esperando cuántos puntos va a subir el desempleo, cuánto nos va a pegar lo que pasa con Huachipato. Desde el punto de vista de la región, cualquier inversión que sea intensiva en mano de obra es tremendamente bienvenida. Es el momento.
El proyecto, donde están los minerales, son 160 hectáreas y es un tercio del predio que tenemos. En esta primera etapa, nosotros durante nueve años -en promedio- podemos generar 400 empleos directos y aproximadamente otros 2.200 indirectos. Entonces, esto es muy intensivo en mano de obra, muy intensivo.
—¿Existe una estimación de cuánto retorno -en ganancias- generaría el proyecto en la zona?
Tiene una inversión mediana. Nosotros estimamos hoy día que la inversión van a ser del orden de US$130 millones, es muy intensivo en mano de obra. Por otro lado, desde el punto de vista de la rentabilidad, tiene todos los desafíos que tiene un proyecto de innovación en el mundo.
Este proyecto compite con el monopolio chino. El 99% de las tierras raras del mundo las tiene China que las produce, además, de una manera no sustentable. Por lo tanto, tenemos doble desafío.
El gran desafío que tiene Aclara hoy, y le pasa a las eólicas y a la energía renovable, al hidrógeno verde, es aprovechar la ventana que tenemos. Nosotros tenemos que estar en operación, a más tardar, en el año 2027. Eso es fundamental para que el mundo se fije en Penco, para que la industria automotriz americana y europea, que no quiere depender de estos magnetos chinos, pueda tener opciones y nosotros seamos una opción real. En eso hay una carrera por desafiar al monopolio chino.
En marzo de 2024, el grupo CAP acordó adquirir el 20% de la filial chilena de Aclara, REE Uno SpA, en US$29,1 millones, ingresando a la propiedad del proyecto.
—¿En qué se traduce la llegada de CAP al proyecto? ¿Es importante para ustedes que una empresa fuertemente ligada a la historia de la región sea parte? ¿Es posible reconvertir empleos perdidos por el cierre de la siderúrgica en las tierras raras?
Al sumarse el grupo CAP, para nosotros es sustantivo en términos de quienes somos de la región del Biobío. Contar con el respaldo de CAP en nuestro desarrollo fue un cambio muy importante (…) desde el punto de vista del golpe anímico, del golpe en términos de los aportes de capital. Fue tremendamente importante.
Además, hay un punto sustantivo. Cuando tú quieres llegar a fabricar el magneto, se requiere además de la etapa de producir el concentrado de tierras raras, tres procesos adicionales que son otros proyectos independientes. Se requiere una etapa de separación de las tierras raras (…) después de eso requiere una etapa de metalización, una aleación metálica, y finalmente se fabrica el imán.
El proyecto Aclara hoy día ha conformado una compañía en Estados Unidos para desarrollar la separación y además conformó una compañía especial con CAP, donde tenemos 50% de propiedad de Aclara y 50% propiedad de CAP, para desarrollar la metalurgia. En CAP, además de tener este prestigio a nivel nacional en términos de desarrollar proyectos y generar progreso social (…) está todo el conocimiento metalúrgico.
Entonces, hoy día tenemos todo un grupo de ex huachipatenses que están trabajando en el desarrollo de esa tercera etapa, de la aleación metálica. Hoy día estamos empujando con mucha fuerza ese proceso metalúrgico.
Y eventualmente, ¿por qué no soñar con que ese proceso de aleación metálica termine siendo sede aquí en Huachipato? No es de la misma escala en términos de empleo, de lo que se cerró, pero genera una mirada de un Huachipato 2.0 en la cual estamos todos -en Aclara- comprometidos con empujar para que prospere.
—El proyecto sigue en tramitación ambiental, y se ha demorado en su ejecución por este proceso. Entonces, ¿cuál es su opinión de la institucionalidad medioambiental? ¿La demora aleja a las inversiones?
Yo creo que este es un tema que es bastante conocido. En términos generales, Chile tiene -y hoy día el Gobierno está empujando- un par de reformas a la normativa ambiental y a los permisos sectoriales, porque todos entendemos que con los tiempos que hoy tenemos para llegar a aprobar un proyecto, no nos da para ser competitivos o para ser atractivo para nuevas inversiones. Eso no está funcionando.
Si tú revisas los antecedentes del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), en la región del Biobío, el año pasado no se aprobó ningún proyecto, ninguno.
Yo al menos, en lo personal, soy de una mirada en la cual esto es un tema de proceso. Nosotros tenemos que optimizar los procedimientos o las formas en las cual estamos tramitando nuestros permisos. No se trata de que aquí haya un responsable (…) aquí tenemos una responsabilidad de Estado, tenemos la responsabilidad desde el punto de vista de los empresarios que trabajar.
Y si no reformamos esto de una manera radical, no vamos a lograr cumplir con nuestros compromisos al 2050. Hoy te vas a encontrar con proyectos eólicos que no pueden estar más en línea con los objetivos del 2050 de Chile, en término del uso de energías renovables, que le toma 8 años para aprobarse. Eso es inaceptable.
—¿Responsabilidades compartidas?
Absolutamente, yo creo que hay una responsabilidad compartida y tenemos que trabajar duro en esa materia, porque no podemos seguir perdiendo estas oportunidades de inversión. En el caso específico nuestro, si no estamos con la planta funcionando a fines del 2027, perdimos esta oportunidad. Es así de simple.
—En el segundo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que presentó Aclara durante septiembre de 2024, recibió más de 600 observaciones, ¿a qué se debe y en qué va a ese proceso? ¿Están preparando la respuesta?
Cuando estás en el proceso te observan, primero, los organismos sectoriales y también la comunidad (…) eso en Chile es bajo el promedio, no es una cifra importante. Si tú te comparas en términos relativos con otros proyectos, estas son pocas preguntas.
Hay proyectos que reciben 5.000 preguntas. Es parte del proceso que tenemos que revisar, porque perder un proyecto por tener que responder tantas consultas, que a veces ni siquiera son diligentes del proyecto, es parte del desafío. En esa materia, nosotros estamos corriendo porque no queremos pedir más plazo.
—Sobre la reciente polémica con el proyecto Dominga, ¿cree que se podrían ver entrampados en una situación similar?
La verdad que estoy súper optimista con el tema. Nosotros estamos súper alineados con el gobierno de turno, con la comunidad, con el gobierno regional. Tenemos un proyecto que en términos ambientales tiene tremendas ventajas, que está alineado con las necesidades de generar empleo. Por lo tanto, nosotros estamos tremendamente optimistas que nuestro proyecto se va a aprobar en el gobierno del Presidente Boric.
—¿Cómo es la relación de Aclara con el municipio de Penco? Considerando que el actual alcalde, Rodrigo Vera, cuando era consejero regional dijo que este proyecto no es compatible con la estrategia de desarrollo regional.
Como varios proyectos, a veces se llenan de mitos, pero en la práctica hoy hemos trabajado en conjunto con la comunidad y la comunidad entiende. Respecto del nuevo alcalde, yo espero reunirme pronto con él y poder tener una sintonía directa de cómo nosotros tenemos una visión de proyecto. En la práctica, el proyecto pasa por una aprobación técnica ambiental y en eso estamos nosotros. Nos estamos manteniendo siempre alejados, tenemos un año que es de elecciones, pero nuestra tramitación es exclusivamente técnica y eso se da en el SEA. Ahí es donde estamos hoy poniendo todas las fichas para explicar las consultas que llegaron de todos los organismos sectoriales, incluidas las que llegaron del municipio de Penco.
—¿Cómo es la relación con la comunidad? ¿Ha mejorado después de la consulta ciudadana en que existió un 99% de rechazo a las tierras raras por parte de quienes participaron?
Eso es un proyecto totalmente distinto al nuestro, no es el proyecto de Aclara. Es una tremenda gran diferencia. La única coincidencia sería que estamos hablando de las tierras raras, pero en la práctica era un titular distinto, en una localización completamente distinta, con un proceso completamente distinto. No podemos comparar una opción con la otra.
En el caso específico de nuestro proyecto, lo hemos trabajado de la mano con la comunidad. Diría que el éxito que hemos tenido era instalarnos en Penco. Nosotros tenemos una casa a media cuadra de la plaza, donde tenemos una fábrica de diálogo con la comunidad. A eso nos hemos dedicado.
Nos hemos contactado con la gente de una manera directa, hemos logrado generar ese vínculo con una mirada pencona. Eso es lo que hemos hecho, y desde Penco. Creo que ha sido la forma más adecuada de conducir esto y creo que desde el punto de vista del desarrollo comunitario, podemos identificarnos como modelo de rol.
—¿Existe una industria extractivista cero impacto o es una utopía? Si es que la hay, ¿cómo se mitiga?
La palabra extractivista se distorsiona de una manera política, negativa y generamos conceptos -los chilenos- que en realidad yo creo que no agregan. Soy un convencido de que el crecimiento económico genera progreso social, de eso estoy absolutamente convencido (…) la mirada aquí es integral.
Dejar progreso social en las comunidades, en el entorno (…) queremos aportar nuestro grano de arena y lo estamos haciendo ya, a pesar de que no estamos produciendo ni un kilo de nada, ya estamos haciendo un aporte para la comunidad en términos de la robótica, en términos de muchas acciones que hoy día estamos tomando y que son necesarias para la comuna.
—Sobre las críticas al modelo de responsabilidad social empresarial asistencialista, en la minería tradicional chilena, ¿qué ofrece Aclara y cómo se diferencian de las otras empresas?
Cuando tú te sumerges en las comunidades, aquí estamos hablando específicamente de Penco, pero ojo que eso le pasa a todo Chile (…) tú te vas a encontrar con, sobre todo mujeres que te dan cátedra de que no son transaccionales. Lo que está buscando la mujer de Penco es trabajo para sus hijos, para sus nietos, progreso para ellas mismas de una manera no transaccional. Colaboran con la intención de generar una mejor comuna, una mejor región, un mejor país.
Si tu miras en aquellos lugares donde en el fondo hay ausencia de la empresa, ausencia del Estado, es donde más rezago social se produce. Cuando nos vamos a Alto Biobío o Tirúa, donde no hay empresas o donde hay muy pocas empresas y el Estado se le complica, es donde en realidad aparece lo peor de la sociedad. El narcotráfico, el terrorismo se toma el control de las comunidades.
En el caso específico de las empresas, como Aclara, yo creo que el rol de este aporte a la comunidad, esta mirada de sostenibilidad, es un aporte fundamental y ojalá que los empresarios pudiéramos estar mucho más extendidos. O sea, no necesariamente estar aportando dentro de nuestra área de influencia. Esto es más que Penco (…) el 80% del motor de un país lo hace la empresa (…) yo estoy absolutamente convencido que empresa y comunidad van totalmente de la mano. En nuestro caso, nuestra misión -sentimos- es conectar a Penco con el mundo.
Son cuatro países que tienen tierras raras en grandes cantidades: China, Uganda, Brasil y Chile. Ucrania aparece ahora también en el mapa.
—Con la intención de posicionar a Estados Unidos como un actor importante en una industria dominada por Chila, el presidente Donald Trump anunció negociaciones con Ucrania -aunque con recientes polémicas- para garantizar el suministro de tierras raras.
El hecho de que él ponga las tierras raras en el tapete nos empuja. Nosotros, hoy día, debemos ser el proyecto más desarrollado en términos de sostenibilidad del mundo, además de avanzar en la cadena productiva. La importancia crítica o estratégica que las tierras raras tienen para Estados Unidos, para Europa, se relacionan fundamentalmente con la industria automotriz.
Entonces, cuando tú ves hoy día lo que está sucediendo con la industria automotriz, donde en el fondo tenemos un compromiso con migrar hacia la electromovilidad y no tenemos los magnetos que se necesitan, o en el caso específico de Estados Unidos o de Europa, dependen de China para poder tener ser competitivo, indudablemente que se convierte en algo estratégico. Nosotros, por nuestra parte, estamos convencidos de que eso se va a catapultar a nivel mundial y por eso es que hoy día estamos impulsando el proyecto en Chile, en Brasil y quién sabe en algún minuto en otros países.
—¿Cómo se le hace frente, desde Penco y desde la región del Biobío, al monopolio chino?
Diría que Aclara es mucho más grande que Penco. Hoy día nuestra compañía, que tiene base en la bolsa de Toronto, está desarrollando los cuatro eslabones para llegar a fabricar un magneto. En esos cuatro eslabones, yo por lo menos no tengo precedente -en mis 30 años de experiencia profesional anterior- del nivel de científicos que hoy día para nosotros están trabajando (…) para desarrollar esta cadena de cuatro eslabones. La mirada de esta compañía es volar altísimo.