Por milagro a mujer chilena que estaba al borde de la muerte: Vaticano anuncia canonización de beata

El pasado 27 de enero, el Vaticano confirmó la canonización de la beata italiana Vincenza María Poloni, por el milagro que involucró a una mujer chilena, residente de Los Ángeles, en 2014. Ella se recuperó de una grave enfermedad, por la cual estaba prácticamente desahuciada.

De acuerdo a lo que reseñó Meganoticias, la historia data de diciembre de 2013, cuando Audelia Parra, en ese entonces de 63 años, estaba aquejada de un delicado cuadro clínico por una fisura en la arteria aorta.

En ese entonces había sido sometida a varias operaciones, pero su salud no mejoraba, por lo que estaba condenada a morir en un corto plazo, reconocían los médicos.

No obstante su nieto llamado Álvaro Martínez, en ese entonces seminarista, rezó ante la imagen de Vincenza María Poloni, beatificada en 2008, por la salud de la adulta mayor.

Fue literalmente un milagro, ya que la aludida logró una recuperación inexplicable desde el punto de vista médico. Finalmente, fue dada de alta el 31 de enero de 2014.

“Cuando nosotros nos enteramos de la situación que estaba pasando en pabellón, con la familia nos pusimos en contacto internamente y yo los invité a hacer la oración a la beata Vicenza María Poloni”, indicó Martínez.

El milagro de Vincenza María Poloni

Tras aquello, el muchacho se puso en contacto con las Hermanas de la Misericordia en Quilleco, quienes le indicaron que debía enviar los antecedentes del caso a la misma congregación en Verona, debido a que podría tratarse de un milagro religioso.

“Ellas tomaron los antecedentes y se lo presentaron al postulador de la causa, al padre Tiziano Bonomi”, sostuvo.

La investigación del Vaticano se extendió por 11 años, hasta que se ordenó su canonización. Por su lado, Audelia Parra continúa viva y con buena salud, de acuerdo al relato de su nieto.

Según detalla el organismo, Vincenza nació en 1802 en Verona, Italia, mostrando interés desde muy temprano por la vida religiosa.

Ingresó al convento de Pio Ricovero a los 16 años, donde dedicó gran parte de su vida a las personas pobres, ancianos e indigentes. Años después fundó el Instituto de las Hermanas de la Misericordia, junto a otros grupos de religiosas.

Murió en 1855, en su natal Verona, y fue beatificada en 2008, por el papa Benedicto XVI.

Hay que señalar que, según la Iglesia, la canonización es un proceso bastante extenso, en donde se deben analizar nueve etapas de la vida del beato.