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Alejandro Navarro: "Los votos no tienen propiedad privada, pertenecen a la soberanía ciudadana"
24 November 2024 | 11:37
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El 29 de mayo de 1994 murió en Chile uno de los hombres más poderosos detrás de la Cortina de Hierro, quien había estado al poder en la Alemania Oriental y había provocado un complejo escenario en el país.
Su llegada a Chile, tras refugiarse en la embajada en Moscú, estuvo marcada por una importante tensión al interior de la política chilena que, aunque tuvo renuencia a concederle asilo, finalmente aprueba su estadía. Estos hechos provocaron un complejo escenario diplomático que enfrentó a Chile, la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Alemania, en un contexto sociopolítico de constante cambio.
En una nueva edición de La entrevista de Tomás Mosciatti, se conversó con Cristián Medina, docente de la Universidad San Sebastián, doctor en Historia y escritor del libro “El refugio chileno a Erich Honecker, 1991-1994”, próximo a su publicación, quien en esta oportunidad analizó las razones de por qué Chile ofreció asilo a uno de los hombres con mayor influencia en la Alemania Oriental.
Erich Honecker “creo que es el ejemplo vivo de un personaje que sin mayores talentos logra hacer una carrera dentro del partido oficialista de la extinta República Democrática Alemana y sin mayor, diría yo, mística o personalidad logra encumbrarse en los más altos puestos”, comentó Medina.
“También representa a esos personajes oscuros, burocráticos y grises que muchas veces logran llegar a la cúspide del poder y desde ahí ejecutar directrices”, agregó.
“Siempre se pregunta por qué Honecker termina sus días en Chile, obviamente que el ingreso a la embajada, el que se quedara, primero como un huésped incómodo, también revela un poco la astucia, la sagacidad, de someter a Chile a una presión frente a dos titanes como Alemania y Rusia”. enfatizó.
“Se produjo una tensión muy importante entre los sectores que había al interior del gobierno de Aylwin, aquellos que estaban por la protección y asilo a Honecker, entre los cuales estaba el partido Socialista, y este otro sector de la Democracia Cristiana”, comentó.
“Incluso algunos del Partido Por la Democracia (PPD) también querían entregarlo, pero después se acoplaron a la visión de que había que darle protección”, añadió.
Entonces, “por un lado se veía poco decoroso darle este refugio, esta protección, y que el Estado chileno y el país se jugara a fondo por este caballero que convertido hoy día en una patria errante, buscaba la protección de Chile”, explicó.