Conoce más sobre el "Síndrome del comprador impulsivo" e identifica si eres parte de el

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El consumismo es una característica distintiva de la sociedad actual y, si no se regula, puede ser perjudicial para el bienestar emocional de las personas. A pesar de esta realidad, nos hemos habituado a un estilo de vida en el que compramos cada vez más y con mayor frecuencia. Varios factores contribuyen a la presencia constante del consumo y lo convierten en una creciente amenaza a lo largo del tiempo.

En este contexto, durante períodos de consumo intenso, como las festividades navideñas y los días previos, es más probable que surja el síndrome del comprador compulsivo, un trastorno psicológico que pone en peligro la estabilidad emocional de las personas. En este artículo, exploraremos sus raíces y ofreceremos orientación sobre cómo abordar su tratamiento de manera efectiva.

Definición del Síndrome del comprador impulsivo 

Cuando una persona empieza a ver las compras como una forma de entretenimiento y no presta atención a la frecuencia con la que compra, es posible que experimente malestar. Este malestar se agrava cuando se gasta más allá de sus posibilidades económicas, y si esta conducta persiste con el tiempo, puede evolucionar hacia una enfermedad.

Este comportamiento se conoce comúnmente como compras compulsivas y representa un trastorno psicológico en el cual las compras se convierten en una vía para obtener gratificación emocional. Esto ocurre cuando se desarrolla una afinidad por las compras o cuando existen motivos subyacentes, como el deseo de escapar de los problemas cotidianos.

Orígenes del síndrome

Existen dos posibles explicaciones que pueden arrojar luz sobre el desarrollo de este trastorno psicológico. En primer lugar, se encuentra la adopción de comportamientos repetitivos con el fin de obtener satisfacción. Una persona podría aumentar la frecuencia de sus compras debido a que experimenta un gran placer en hacerlo. A medida que esta sensación se convierte en un hábito, es solo cuestión de tiempo antes de que se transforme en una conducta compulsiva.

En segundo lugar, el síndrome del comprador compulsivo podría originarse debido a la incapacidad de la persona para hacer frente a su realidad cotidiana. Esto podría manifestarse, por ejemplo, en su dificultad para resolver problemas en su vida familiar o laboral, o al afrontar conflictos personales. Como resultado, la persona recurre a las compras compulsivas como una vía para llenar sus carencias emocionales y como una forma de evasión.

Las 4 fases del Síndrome del comprador compulsivo 

Cuando una persona sufre de adicción a las compras, experimenta una serie de impulsos incontrolables. Como resultado, puede caer en un patrón de gasto compulsivo o experimentar síntomas psicológicos, como frustración, ansiedad, ira y mal humor, si no satisface estos impulsos.

El síndrome del comprador compulsivo atraviesa varias etapas

1) Anticipación: La persona comienza a tener pensamientos y deseos intensos relacionados con la compra de un artículo o el acto de ir de compras en sí.

2) Preparación: Se elabora un plan que incluye la elección de tiendas, métodos de pago y logística para satisfacer el deseo de comprar.

3) Compra: El acto de comprar se convierte en una fuente de excitación y satisfacción, llegando a dominar los pensamientos y emociones de la persona.

4) Decepción posterior: Cuando la persona se da cuenta del exceso de gasto o de la compra de artículos innecesarios, la satisfacción inicial se transforma en desilusión, acompañada de sentimientos como culpa, enojo y el firme propósito de no volver a caer en la compra compulsiva.

El síndrome del comprador compulsivo tiene múltiples causas que explican esta adicción al consumo y la obsesión por gastar dinero. Cada individuo tiene un perfil psicológico único, por lo que resulta imposible enumerar todas las posibles razones que impulsan esta conducta.

Tratamientos para el síndrome del comprador compulsivo 

Cuando el trastorno psicológico alcanza un grado severo, es aconsejable iniciar un tratamiento de inmediato para prevenir su agravamiento y evitar posibles consecuencias indeseadas.

Hay dos enfoques terapéuticos para abordar la adicción a las compras:

1) Terapia conductual: En este enfoque, la persona puede recuperarse de su adicción a través de sesiones individuales o en grupo con terapeutas especializados. Estas sesiones se centran en compartir experiencias, aprender de los errores y vulnerabilidades, y desarrollar estrategias para controlar el impulso del comportamiento adictivo. Este tipo de tratamiento busca reeducar al individuo.

2) Tratamiento farmacológico: La distinción principal entre una persona adicta a las compras y alguien que padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) radica en que la primera realiza sus compras de manera involuntaria. En casos donde sea necesario reducir comportamientos obsesivos, el uso de medicamentos especializados puede ser una solución efectiva. Sin embargo, antes de recurrir a esta opción, es fundamental consultar a un profesional médico para minimizar riesgos.